Ni contra Sangre, Ni contra Carne

Llega un momento en nuestra vida cristiana, que al pasar de los años y después de escuchar las enseñanzas básicas y las historias mas conocidas de la palabra de Dios, creemos que ya lo sabemos todo o que tenemos la madurez suficiente, para empezar a abordar y aprender «Según Nosotros» de temas mas profundos, relevantes e importantes para el crecimiento y desarrollo de nuestra vida cristiana y ministerio, dando por hecho que aprender mas sobre el amor, la bondad, la humildad, la mansedumbre etc. etc… ya son temas que conocemos y hemos llegado a pensar que los dominamos al 100%, y por ende ya no necesitamos aprender de ellos.

Pero todo esto se viene a bajo, cuando en nuestro diario vivir, tenemos que enfrentarnos a las situaciones que la vida nos presenta, desde que abrimos nuestros ojos y vemos la luz de un nuevo día…. ya que ahí, es donde realmente inicia el reto del verdadero cristiano e hijo de Dios, debemos aplicar todo el conocimiento que hemos recibido a través de las escrituras, para poder vencer todas las asechanzas y trampas del enemigo… pero como no le dimos gran importancia a los temas que para nosotros son básicos e irrelevantes, y que pero que en realizada nos dan la fortaleza y el Poder en el Señor… el enemigo con un simple ENOJO, IRA, algún PLEITO, con algún tipo de CELOS, MALEDICENCIA, ADULTERIO o FORNICACIÓN… o cualquier otro tipo de fruto de la carne, viene a destruir o derrumbar, todo lo poco o mucho que pudimos haber logrado e nuestro caminar

Por eso, la palabra es clara y el Apóstol Pablo nos dice:

10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:10-12

Versión Reina – Valera 1960

En este verso, la palabra nos muestra claramente que nuestra lucha, no es contra sangre, ni contra carne…. quiere decir esto… que tu lucha no es en contra de tu esposa, esposo, hijos, padres, hermanos, suegros, cuñados, con cuños, jefe, amigos, vecinos, parientes, supervisor, prójimo, o ningún otro ser humano que aparentemente tu veas o creas que viene a causarte un problema, un conflicto, o que hable mal de ti y te injurie, o que te agreda o sientas que quiere destruirte… porque la palabra nos dice que, hay un mundo espiritual, que esta influenciando a la humanidad de tal forma que a quienes no están preparados o no tienen el conocimiento, ni están practicando lo escrito en palabra de Dios y que no están fortalecidos ni llenos con el poder de a fuerza del Señor, los tales no podrán resistir contra las asechanzas y dardos del enemigo.

Por lo tanto con facilidad, responderán al agravio, maltrato, ofensas, iras, celos, contiendas, al adulterio o fornicación, a las borracheras, o cualquier otra tentación o asechanza que satanás ponga en el camino para desviarte del propósito principal que Dios tiene para tu vida.

Por lo tanto es necesario, que seamos practicantes de la palabra de Dios, y que vivamos una vida llena del Espíritu Santo, para que los frutos y los dones, sean manifestados en nosotros y de esta manera poder tomar y portar con dignidad la armadura de Dios… con la cual podremos resistir cualquier ataque del diablo.

Pero recuerda nuestra lucha… NO ES CONTRA SANGRE NI CARNE…. es contra los espíritus inmundos que gobiernan o influyen a las personas que nos rodean…. o en muchas ocasiones por haber abierto puertas, hasta a ti pueden llegar a influirte para causar esos mismos efectos en otras personas… y para que esto no suceda, necesitas estar lleno del Espíritu Santo para poder echar fuera o vencer en el momento de la tentación con el poder de la Palabra.

Ps. Felipe Talavera