La verdad es su palabra.
“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
Juan 8:31-32
La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea. El término se usa en un sentido técnico en diversos campos como la ciencia, la lógica, las matemáticas y la filosofía.
Para Platón la verdad es el bien, en este caso la felicidad, donde también entra la virtud que para él es lo que se razona, entonces el hombre siempre busca la verdad en su vida.
La verdad práctica, según Aristóteles, se da en el hombre gracias a que surge dentro del alma una opinión verdadera y simultáneamente una acción recta. Lo falso en la esfera de las acciones se produce, por el contrario, con el surgimiento de una opinión falsa y una acción no recta.
Para Sócrates la verdad se identifica con el bien moral, esto significa que quien conozca la verdad no podrá menos que practicar el bien. Saber y virtud coinciden por lo tanto quien conoce lo recto actuará con rectitud y el que hace el mal es por ignorancia.
Descartes dijo que cada cosa tiene sólo una verdad. Sí, una sola verdad absoluta. Pero ésta es inalcanzable. En nuestro mundo (el mundo de cada quién), pueden cumplirse siempre las verdades relativas, pero lo más probable es que una vez saliéndose del contexto en que una verdad se cumplía, deje de cumplirse.
Si el hombre desea conocer el verdadero propósito de la vida, debe vivir por algo que sea superior a sí mismo, y escuchar la voz del Salvador, diciendo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida…” Juan 14:6.
El concepto de la verdad llena las Escrituras. La palabra “verdad” es usada 235 veces en la Biblia. El diccionario define la verdad como “cosa cierta, veracidad, autenticidad”.
La verdad también es “aquello que se conforma a la realidad o al hecho”, aquello que está de acuerdo con lo que es, lo que ha sido o lo que será. Se ve la importancia de la “verdad” en estas Escrituras:
Debemos amar la verdad (2 Tesalonicenses 2:10)
Debemos andar en la verdad (2 Juan 4; 3 Juan 4),
Dios desea la verdad en el corazón (Salmo 51:6),
Debemos adorar “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24),
Debemos hablar “la verdad en amor” (Efesios 4:15)
“Compra la verdad, y no la venda” (Proverbios 23:23).
¡La verdad es preciosa! ¡Debemos retenerla! (Tito 1:9).
La verdad no es una ciencia, no es una religión, no es una filosofía, ni una información, la única verdad es la palabra de Dios.
La verdad en nuestras vidas.
La verdad tiene un poder sobrenatural; Juan 8:32 “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Cuando se recibe por fe, la verdad libera nuestras almas de la tiranía del pecado. Juan 17:17 “Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad”.
La verdad limpia y purifica; Hebreos 4:12 “Penetra en el nivel más profundo del corazón humano, corta en el hueso, y trabaja desde adentro hacia afuera.”
Tiene un poder transformador de vidas; convierte, santifica y fortalece. Ajusta, transforma, y reforma. Renueva nuestras mentes, aviva nuestros corazones, y redirecciona nuestros pasos.
Juan Calvino dice, “Nada se considera más precioso de Dios que la verdad.” Nadie puede ser salvo sin la verdad. Ni nadie puede ser santificado o fortalecido sin ella.