La siembra y la cosecha es un principio sencillo, no podemos ignorar que es un principio establecido por Dios; lo que nosotros cosechemos está basado en el tipo de semilla que sembramos, como también en el esfuerzo o empeño que ponemos en el trabajo encomendado. En el libro de los Salmos leemos: “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán”.
Hoy quiero compartir con ustedes 7 señales del crecimiento personal o ministerial.
- DEJAS DE ATACAR GENTE, por tus propias inseguridades.
- DEJAS DE DISCUTIR, por tener la razón.
- DEJAS DE DAR TU OPINIÓN, sobre todo.
- DEJAS DE PEDIR, validación.
- DEJAS DE VIVIR, bajo prejuicios.
- DEJAS DE INTENTAR, impresionar.
- DEJAS DE CULPAR, a otros por tus fracasos.
Son cosas que a simple vista podríamos creer que ya no tenemos, pero, al hacer un estudio exhaustivo de nuestras actitudes y comportamientos diarios, podríamos descubrir que muchas de estas cosas aun continúan siendo parte de nuestra personalidad, y que como Cristianos ya no deberían haber, ya que lo que la palabra nos enseña es contrario a todas estas cosas, por lo que si aun existen en nosotros, no hemos llegado a la madurez que Cristo quiere que alcancemos.
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
Gálatas 6:9
Si tu mirada sigue puesta en lo que hacen o no hacen los demás, si aun te afecta, si los demás no sirven, no trabajan, no se involucran, si te critican, si te peleas o discutes por estos u otros motivos etc etc… sin duda te hace falta madurar, y eso solo lo lograras poniendo en manos de Dios todo tu ser y dejando que el moldee toda tu vida.
Crece y glorifica a Dios en todo momento y lugar.