El Plan de Dios para su Dinero

¿Al Creador del universo le interesa la forma en la que usted usa su dinero?

Durante mis años en el seminario, el dinero entraba con poca frecuencia. Mi esposa Luisa, se quedaba en casa con nuestros hijos y yo tenía trabajos ocasionales mientras estudiaba. Cualquiera que haya asistido a la escuela mientras trata de sostener a una familia, entenderá nuestras circunstancias. Comer y pagar la electricidad se convierten en el objetivo. Sobrevivir se convierte en la meta.

Una forma en la que logramos conseguir ingresos, era cuidando casas de familias que estaban viajando. El seminario había desarrollado buenas relaciones con varias familias adineradas que confiaban en que sus mansiones y mascotas estarían cuidadas apropiadamente y, sus objetos de valor, protegidos por nosotros. Luisa y yo estábamos emocionados cada vez que nos elegían para el trabajo; significaba excelente comida y alojamientos fantásticos ¡y nos pagaban por ello!

Pero necesitábamos pensar de forma realista. “Esta no es nuestra casa” solía decir Luisa frecuentemente, para recordarme que no debía ponerme demasiado cómodo. Y es que es fácil olvidar lo que es y no es de uno, cuando se está tan cerca de la riqueza, pero nuestra responsabilidad era supervisar el bienestar de cosas que no nos pertenecían. Al final de nuestra estadía, dejábamos las casas en tan buen estado, o aún mejor, que cuando llegamos. No llevamos nada con nosotros. Dejamos atrás los autos, los muebles, los grandes sistemas de entretenimiento, la comida que no habíamos comido. Todo. Pues no era nuestro para tomarlo.

No nos llevamos nada cuando dejamos este mundo, ninguna de nuestras riquezas, o de las cosas que compramos, o de las cosas en las que invertimos nuestro tiempo y talentos. Hasta entonces, estamos encargados de cuidar lo que Dios nos da aquí en la Tierra.

¿Eres un mayordomo del reino?

Un mayordomo del reino es un creyente que supervisa fielmente la protección y expansión de los bienes que Dios le ha encomendado para administrar. Todo lo que tenemos, nuestro tiempo, nuestras habilidades, nuestros recursos o nuestro dinero, deben caer bajo el gobierno general de Dios. Aunque las finanzas son solo un aspecto de la mayordomía, son un aspecto crítico.

El dinero es un tema importante en las Escrituras. Como vemos en muchas de las parábolas de Jesús, Él aborda temas relacionados con el dinero y la administración de los recursos. Pero las enseñanzas de Dios sobre las finanzas se refieren a un asunto mucho mayor que solo usar el dinero de forma sensata. Dios desea nuestro bienestar integral y que seamos libres de la esclavitud de las deudas irresponsables.

Vivir atrapados bajo el peso de malas decisiones financieras puede causar depresión, conflictos familiares, preocupación y otros problemas emocionales que pueden llevar a las personas a otras formas de esclavitud. Pero la mayordomía sabia da paso a la capacidad de gozo, descanso y libertad. Aquí hay cuatro principios esenciales que nos ayudan a entender las enseñanzas de la Biblia sobre la administración sabia del dinero:

Plantar: La mayordomía del reino comienza cuando plantamos nuestros recursos en el reino de Dios.

Cuando primero damos a Dios y a Su obra estamos reconociendo que Él ya es dueño de todo y que nosotros tenemos la tarea de administrar sabiamente estos recursos para Sus propósitos. Estamos viviendo en Su reino (Salmo 24:1). Es Su casa.

Nosotros no tenemos derecho a reclamar que somos propietarios de algo que no es nuestro. Incluso si lo hiciéramos, no habría ninguna diferencia, así como no importaría si yo reclamara que las casas que cuidamos durante el seminario eran mías. Cuando regresaran los dueños, me patearían a la acera. Dios tampoco se mantendrá al margen mientras Sus criaturas buscan usurparlo como el legítimo dueño de la creación.

La mayoría de las personas no viven según este principio. Ellos actúan como si fueran dueños de las cosas que no son suyas, simplemente por su proximidad con ellas. Pero Dios ha establecido un mundo en donde somos meramente administradores. En última instancia, cada uno de nosotros reporta directamente a Dios. Él nos ha confiado la libertad, la responsabilidad y la oportunidad de administrar las cosas que puso bajo nuestro cuidado.

¡Que confianza tan grande nos tiene! Lo que haga con el tiempo, talentos y tesoros que Dios le ha confiado depende de usted. Las elecciones que haga, las decisiones de cómo pasa sus días, incluso los pensamientos que tiene, todo depende de usted. La confianza de Dios en sus cuidadores debería animarnos a trabajar duro y ser sabios y creativos al elegir cómo, cuándo y dónde usar los recursos que Él ha puesto a nuestra disposición.

Planear: La mayordomía del reino significa ser realista sobre la condición de sus activos.

Proverbios 27:23 (NVI) brinda gran sabiduría: “Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas.” Este versículo establece un principio básico de mayordomía del reino para todos nosotros: Ponga atención a qué tan bien lo está haciendo. Haga el trabajo duro de evaluación, aprendizaje y aplicación en lo que respecta a cualquier emprendimiento en que participe. Usted debe tener un plan y, para tener un plan, debe comprender claramente sus activos y estrategias de crecimiento.

Debido a que Dios cree en la planificación, nosotros debemos creer en la planificación. El Creador planeó las cosas antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4). Sin embargo, demasiados creyentes acuden a Él sin hacer la diligencia de planear. Tendemos a evadir la realidad de que Dios trabaja en concierto y al ritmo de los planes. Regularmente lo vemos en las Escrituras respondiendo a un plan, modificando un plan o creando un plan.

Cada familia debería vivir de acuerdo con un presupuesto. Esto le brinda el marco para eliminar deudas y liberar gastos para cubrir todas sus necesidades, así como hacer una mayor contribución al reino de Dios. Un presupuesto le permite vivir dentro de sus posibilidades. “Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso!” (Proverbios 21:5, NVI).

No actúe teniendo una mentalidad que se basa en la suerte o en una esperanza indefinida. Dios le ha dado a cada uno una mente para que pueda planear. Y puede ser que un amigo con gran sabiduría o un planificador de finanzas devoto le ayude en esta área, especialmente cuando se trata de establecer metas a largo plazo. “Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan” (Proverbios 15:22 NVI).

Priorizar: Un mayordomo del reino da más importancia a las necesidades que a los deseos.

Los mayordomos sabios del reino priorizan la libertad financiera. Una de las formas de hacerlo es discerniendo entre deseos y necesidades. Tener un auto es una necesidad en la mayoría de los lugares de la cultura actual, mientras que ese auto deportivo mejorado probablemente sea un deseo. Así que comience a identificar cualquier deseo que haya tratado falsamente como necesidad. Una vez que lo haga, puede comenzar a redirigir sus recursos hacia mejores usos, tales como eliminar la deuda excesiva e invertir hacia necesidades futuras.

Cuando mi hijo Jonathan era más joven y apenas comenzaba a practicar deportes, se me acercó y me dijo que “necesitaba” un nuevo par de tenis Air Jordans. En aquel entonces, esa marca de tenis era una de las más caras que había disponibles. Le expliqué a mi hijo que había confundido necesidades con deseos. Él quería un par nuevo de esos tenis porque eran un símbolo de estatus. Lo que él necesitaba era un par de tenis. Así que le dije que pagaría por los zapatos que él necesitaba. Él tendría que trabajar para pagar la diferencia por cosas que deseaba.

Dios ha prometido satisfacer las necesidades de los creyentes fieles y generosos, pero no necesariamente sus deseos (Filipenses 4:15-19). En lugar de vivir una vida de quejas acerca de lo que no tiene, reclasifique lo que no tiene en la categoría apropiada de deseos y reemplace la ingratitud con gratitud. Esto le dará una mejor perspectiva para priorizar a dónde va su dinero.

Al abordar las deudas, cancele las deudas pequeñas primero, luego trate de pagar las grandes usando el dinero ahorrado de las cuentas pequeñas. Aquí hay otro beneficio: cuando su familia está comprometida con el destino del dinero, es menos probable que ustedes gasten impulsivamente.

Orar: Lleve estos asuntos al trono.

La oración no se menciona en último lugar porque sea menos importante, es lo último porque ahora sabe por qué orar.

Dios busca liberar a las personas y tiene maneras muy interesantes de hacerlo. En Proverbios 13:22b (NVI), leemos: “las riquezas del pecador se quedan para los justos.” Así que Dios puede incluso usar la riqueza de otros para voltear por completo su situación. Nunca se sabe exactamente lo que está haciendo.

Mientras ora y toma decisiones financieras, con el objetivo de ser un mayordomo sabio del reino, recuerde que, aunque Dios nunca le abandonará (Hebreos 13:5), Sus promesas están bajo Su pacto. A menos que usted se alinee bajo su legítimo gobierno, no podrá aprovechar las promesas de Su provisión. A medida que alinea el uso de su tiempo, talentos y tesoros bajo Su gobierno general, será testigo de lo sobrenatural invadiendo lo natural. Eso es lo que la Biblia llama ser verdaderamente rico.

Fuente: enfoquealafamilia.com